29/5/11

Los niños, los más sensibles a la contaminación

Según la Organización Mundial de la Salud (OMS) cada año mueren alrededor de 10 millones de niños, siendo el mayor número de estos decesos, consecuencia directa de exponerse a los ambientes contaminados. Entre las principales causas: el consumo de agua no potable, falta de higiene y exposición a atmosferas contaminadas, estas son las más notorias. La mayoría de estas víctimas eran niños menores de 5 años, donde el 74% de los fallecimientos fueron por diarreas, infecciones respiratorias y enfermedades cardiovasculares.

Estos impactos se acrecientan según la zona: En los países no desarrollados, la insalubridad y la contaminación ambiental son directamente proporcional a la mortalidad, la morbilidad y la discapacidad infantil, y estos indicadores, a su vez se vinculan con las enfermedades respiratorias agudas, enfermedades diarreicas, traumatismos físicos, intoxicaciones, enfermedades transmitidas por insectos e infecciones perinatales.

Así mismo, la exposición a riesgos ambientales perjudiciales para la salud de los niños, puede comenzar antes del nacimiento. El plomo en el aire, el mercurio en los alimentos, así como otras sustancias químicas, pueden tener efectos a largo plazo, a menudo irreversibles, como infertilidad, abortos espontáneos y defectos de nacimiento. La exposición de las mujeres a plaguicidas, disolventes y contaminantes orgánicos persistentes pueden afectar a la salud del feto.

Comparando toda la población afectada por ambientes contaminados, el mayor impacto lo reciben los niños, debido a que por su tamaño, aspiran más aire (y más contaminantes) que los adultos. Y por estar sus pulmones en desarrollo, sus vías respiratorias se hacen más angostas debido a la presencia de contaminantes. Así mismo, esto se agrava, porque ellos, respiran más rápido y con más profundidad cuando están activos. Lo que permite, que la contaminación ambiental llegue a las áreas más sensibles de los pulmones.

Hoy en día, 600 millones de niños menores de cinco años ocupan la atención mundial y representan la continuidad de la raza humana. Un futuro, que en principio, está en manos de sus madres, y de solo aquellas que gozan, de buena salud y están en condiciones de ofrecer un entorno sano, limpio y seguro que permita proteger el derecho a la vida de sus hijos.

Las otras instancias decisorias son las que están a nivel internacional, regional y nacional, junto con las organizaciones no gubernamentales, las comunidades y las familias, que deben aunar esfuerzos para que los principales peligros ambientales se reconozcan, se combatan y se reduzcan. Esto puede comprender una acción normativa, así como decididos esfuerzos para la promoción, prevención y participación dentro de la misma comunidad en pro de un ambiente que armonice con la vida de los niños, de las demás seres humanos y el resto de las especies.

El impacto (negativo) de los montañistas en la vegetación Raras y pequeñas plantas que viven en las rocas sufren el impacto del montañismo

Raras y pequeñas plantas que viven en las rocas sufren el impacto del montañismo, incluso a nivel genético, según un estudio hecho en Alemania
Los escaladores de montañas están teniendo un impacto negativo en las plantas que crecen en los acantilados, aseguran un grupo de ecologistas.

En áreas donde existe una intensa actividad de montañismo, se deben poner en práctica planes de conservación de modo que algunos acantilados estén protegidos de escaladores, afirma la investigación publicada en la Revista de Ecología Aplicada del Reino Unido.
Las sierras de Jura de Suabia y Jura Francón son pequeñas cadenas montañosas en el este de Alemania y dos de las más importantes zonas de escalada del país.

Pero también estas sierras son el último reducto europeo de la Draba azoides (conocida popularmente como draba o hierba panadiza), una rara y pequeña planta de flores amarillas o blancas que crece en los acantilados de piedra caliza, donde forma rosetas como amortiguador.
Para saber cómo la escalada en la zona estaba afectando a la planta, los investigadores Frank Vogler y Reisch Christoph de la Universidad de Ratisbona, Alemania, compararon el número y la distribución de la draba en ocho acantilados que se han sido muy visitados durante los últimos 50 años, y en otros ocho acantilados "vírgenes", de similar tamaño y aspecto.

Los investigadores también evaluaron el ADN de las plantas para saber si los escaladores habían afectado a su variación genética.
Cambios genéticos

Según la Sociedad Ecológica Británica, los investigadores encontraron que en los acantilados con activa presencia de escaladores, las plantas eran más pequeñas y menos numerosas en la pared del acantilado pero más frecuentes en el pedregal, que son los fragmentos de roca quebrada en la base.
"La escalada afecta negativamente a estas plantas de manera directa. La erosión por el uso de cuerdas de escalada, repisas, así como tomas de pies y manos, obviamente lleva a una disminución en la abundancia de la especie", afirma el doctor Reisch.
Las pruebas genéticas también mostraron las huellas de los escaladores.
En los acantilados que han sido escalados existen mayores diferencias genéticas entre las plantas que viven a diferentes alturas que en los acantilados vírgenes, lo que significa que los escaladores no solo desplazan las plantas, sino que también se están moviendo sus genes por la roca.

Estos cambios genéticos podrían, a largo plazo, afectar la aptitud de las plantas para sobrevivir en un entorno al que se han ido adaptando por miles de años, asegura el estudio.
Montañistas ambientalistas
Básicamente este estudio propone que, para proteger la vegetación autóctona de los acantilados, algunos deben quedar fuera del alcance de los montañistas.

En países como el Reino Unido ya se toman medidas para minimizar el impacto de los escaladores sobre áreas protegidas.

El Consejo Británico de Montañismo (BMC, por sus siglas en inglés) explicó a BBC Mundo que ellos se aseguran de que sus miembros no ocasionen un impacto perjudicial en las áreas de escalada.

28/5/11

MANUEL DÍAZ Y FUNDACIÓN THOMÁS MERLE GANAN PREMIO AMBIENTALISTA PEET

Nuestro compañero y amigo el Dr. Manuel Diaz, fué galardonado con el Premio Ambientalista "Premio Enrique y Elsa Tejera 2011 (PEET 2011)", llevado a cabo por la Fundación SADARBOL desde hace 27 años.

Ejemplos como este, son dignos de copiar para seguir en la constante meta de todos los que de alguna u otra manera seguimos trabajando por una mejor calidad de vida para nosotros, nuestros hijos y nuestro Planeta...


Con la participación de instituciones y personalidades del mundo de la ecología, el concurso PEET de la Sociedad Amigos del Árbol (Sadarbol) demostró una vez más y por 27 años consecutivos el compromiso con la acción ambiental. En esta oportunidad de los 18 participantes entre instituciones y personas naturales, se destacó la Fundación Thomás Merle por su labor educativa y de impulso a la conciencia ambiental en la ciudad de Carúpano en el oriente de Venezuela. El evento se realizó este sábado 21 de mayo en la urbanización La Floresta de Caracas, en la sede de Sadarbol.


Por otra parte, la distinción como persona más destacada fue entregada por el jurado al Dr. Manuel Díaz Capdevilla, conocido en Carabobo como “El Hombre Verde” por su trayectoria y trabajos realizados en el campo del Ambiente, donde se destaca su importante labor conservacionista junto a la Fundación Ambiental Internacional Vida Verde (Funvive), así como por ser uno de los lideres fundadores del Movimiento Ecológico de Venezuela (MOVEV).

En exclusiva para EL COMUNICADOR AMBIENTAL, Manuel Díaz comentó, “ganamos los que trabajamos por el ambiente ¡en hora buena!, y gana nuestro trabajo por el Movimiento Ecológico de Venezuela, así como todos los ambientalistas que siguen trabajando por el país”.
Participantes
Cabe destacar que dentro de los participantes destacaron personajes de gran trayectoria en el mundo del ambientalismo nacional como, Animanaturalis, Fundación Thomás Merle, Grupo Ecológico San Pedro, Sotarin, Una Montaña de Gente, Alí Domínguez Sánchez, Antonio De lisio, Fernando Galindez Guía, Emma Salazar, Isabel Novo Torres, Juan de Dios Holmquist, Judith Albrizzio, Manuel Díaz Capdeville, Miguel Barrero, Wilfredo Requena, Wilfred Merle, Alberto Boscán y BioSub Club

Cabe destacar que durante las exposiciones sobre el trabajo ecológico de Alí Domínguez Sánchez, la Sra. Corina España de Tischenko entregó al jurado su más reciente libro el cual fue recibido por Gustavo Aguerrevere presidente del jurado, quien lo agradeció como un importante aporte para la biblioteca de Sadarbol “Hermano Jesús Hoyos”

18/5/11

En el 2050 nos salvaran las cucarachas

Los únicos indicadores que cada día van en aumento en el mundo son la tasa de crecimiento poblacional, que está en el orden del 3% anual, algo así como unas 200.000 personas por día y el índice inflacionario internacional de los alimentos que se sitúa en un promedio de un 12% anual. Esta tendencia, nos indica que dentro de 40 años más, la gran mayoría de la población no tendrá muchas opciones para alimentarse, porque probablemente, lo que en el presente es consumible, para esa fecha, ya estaria agotado o simplemente las producciones de alimento serán administradas estrictamente por los paises con poder de fuego.

Para los científicos agroalimentarios estudiosos de este indicador inflacionario en los alimentos, este fenómeno, es debido a dos circunstancias especificas; en principio, porque en el mundo se está perdiendo la capa superior del suelo cultivable producto de su intenso uso, acción muy acelerada, que no le permite al planeta reponerla a través de sus procesos naturales de regeneración, donde estiman, que un tercio de las tierras cultivadas ya ha perdido su capa superior. Y la otra circunstancia, es la cada día más creciente sustitución de plantaciones convencionales de producción de granos, por cultivos que son la materia prima de los biocarburantes, el nuevo combustible de los países desarrollados.

Los futurólogos poblacionales, plantean que en 4 décadas más, en el mundo seremos alrededor de 9 mil millones de habitantes y las aves de corral, cerdos, vacas, caballos, burros, así como muchas de las especies marinas que consumimos en la búsqueda de proteínas, serán solo piezas de exclusivos catálogos. Circunstancia esta que nos obligara a replantear drásticamente nuestros hábitos alimenticios.

Las nuevas proteínas, inexorablemente tendríamos que buscarlas en otras especies hasta ahora desestimadas en la cultura Occidental. Y solo serán las más apropiadas, aquellas que puedan reproducirse con tanta rapidez, que logren por volumen alimentar a tanto seres humanos que estarían hambrientos.

Es decir, nos espera un mundo, donde cada vez seremos más, con menos tierras para cultivar y por supuesto, los comerciantes de la miseria humana que también harán lo suyo, y nos acrecentarán el hambre, al ponernos los alimentos a precios inalcanzables.

Qué hacer ante esta posible realidad alimentaria, desde la perspectiva darwiniana?

Adaptarnos para sobrevivir. Adaptarnos como lo han hecho las milenarias cucarachas. Solo, que ahora con la ayuda de ellas.

Por ejemplo, la cucaracha americana, que puede medir hasta 4,5 cm, muy común en nuestros hogares, cada una tiene un ciclo reproductivo de más de 800 descendientes por año. Con una producción promedio mensual de casi un centenar. Según especialistas nutricionistas comerse 80 cucarachas equivale a comerse una naranja, ya que contiene vitamina C, además de otros importantes nutrientes.

Ya es tiempo entonces, de tratar bien a nuestras futuras salvadoras!

Por Lenin Cardozo

¿Cuál es tu plan?

En la vida todos de alguna manera tenemos un plan. Muchas veces sin saberlo. Deliberadamente hacemos muchas cosas que en sí mismas son un plan, pero no nos percatamos de ello. A veces una rutina, una pasión o una manía, es un buen plan, que aun no hemos descubierto.

Un plan, es lo que le permite a uno, organizar las ideas y los esfuerzos, para encausar las energías y darle direccionalidad a nuestra vida. Y así, encontrarle un verdadero sentido a lo que hacemos.

Hay planes de planes. Unos más grandes, otros menos o simplemente modestos planes. Pero ellos en su totalidad, hacen el gran plan. Los planes se pueden encadenar, es decir, hacer uno primero, luego el otro y así sucesivamente e infinitamente. Los planes no necesariamente tienen que tener un final.

Lo que sí es cierto, es que un plan nos permite vivir el presente con entusiasmo y prepáranos para el devenir sin sobresaltos.

Los planes pueden ser también compartidos. Con la misma familia. Con un hermano, hermana o amigos. Pero un plan, es un plan, y tiene mucho valor. Es un gran tesoro. Muchas de las personas que conocemos, andan si saber qué hacer con sus vidas. Se deprimen, le entregan su cuerpo a alguna adicción, para sentirse que están vivos. No se dan la oportunidad de descubrir, en su mundo interior, su verdadero plan. Todos llevamos un plan o muchos planes dentro de sí mismo, ellos conviven con nosotros, pero hay que tener el valor, la astucia, la disciplina y la voluntad férrea de descubrirlos.

Tampoco un plan, termina con la vida misma. Pueden llegar a ser también generacionales. Pero igual, puede ser el gran amigo que nos ayuda a cosechar éxitos y alegrías en esta vida.

Mi plan es simple. Es conjugar, todo lo que he aprendido, lo que he estudiado de manera formal o he investigado por motivación o curiosidad propia. Mi experiencia política, laboral y familiar (la que cultive de mis padres y la que he madurado en mi cotidianidad) y poner todos estos esfuerzos, todas estas horas de desvelo, al servicio de la defensa de la naturaleza.

Me he asignado la misión de tratar de explicar de manera sencilla, entendible y a su vez comunicar a todos los rincones donde yo pueda llegar, a través de la plataforma multimedia y sus redes sociales, el mensaje ambientalista, ecologista o conservacionista. Para así, alertar o animar, al mayor número de personas posibles, sobre lo está pasando en la Tierra y lo que puede pasar si no tomamos conciencia y acciones ante los grandes peligros que nos acechan, por la impunidad de los que contaminan o por la crueldad de los deciden quien vive y quien muere en este planeta. De esta manera, me siento útil y se transforma en una razón para vivir o para morir, si es que eso fuese necesario.

Y usted amigo lector ¿ya tiene su plan?, con gusto puedo compartir el mío.

Lenin Cardozo Ambientalista venezolano.