22/4/11

Como ser un ambientalista y no morir en el intento

Ser un ambientalista en un país latinoamericano, donde la agenda publica, está abarrotada de problemas sociales sin resolver, es definitivamente un acto temerario, para no decir casi heroico. Aun así, donde aparentemente todo se ve en contra, replantearse la convivencia en este planeta está en manos de los ambientalistas.

A continuación, escribo estas líneas por si algún osado lector, decide considerar acompañarnos en esta cruzada, casi quijotesca, de aspirar a vivir en armonia, en paz y en la tranquilidad de saber que no le hacemos el mal a nadie, y en ese nadie. se incluyen las otras especies distintas a la humana.

Un ambientalista tiene como misión de vida re-imaginarse el mundo, entender y hacer entender que todas las especies que lo habitan tienen derecho a la vida, y aun en el último segundo o latido, tenazmente debemos defender. Aceptar la existencia del “otro”, es el primer compromiso. La cual debemos comprender y respetar. El “otro” puede ser una persona que piense distinto a nosotros, con diferentes religiones, credos y razas. Pero también, pueden ser las distintas especies animales, ecosistemas, habitas, y seres vivos que nos acompañan en la Tierra.

La causa ambientalista, incomprendida y muchas veces ridiculizada o subestimada, es un apostolado, una actitud misionera, que tiene como razón de ser, despertar conciencia, reflexión en el entorno, en nuestras comunidades, o donde se tenga posibilidades de interactuar con otras personas, para debatir sobre las múltiples dificultades que en materia ambiental hoy está padeciendo la ciudad, el estado, país o continente.

¿Y cómo podemos ayudar a despertar esa conciencia ambientalista?

El ejemplo individual es el primer paso. Y todo se remite en plantearnos ser mejores ciudadanos, mejores personas. Aprender a valorar, que aun en países como el nuestro, somos unos privilegiados, porque disponemos de agua potable, de algunos servicios inimaginables para muchas poblaciones en el mundo y esto que parece cotidiano, irrelevante, es un tesoro. Pero igual, que tengamos conciencia, que en esa bondad de poder acceder a esta sumatoria de consumos diarios de alimentos, combustibles, entre muchas otras cosas, se traducen a su vez en una gran producción de basura, emisión de gases a la atmosfera, aguas servidas que más allá de nuestras casas, se filtran a los acuíferos, ríos y mares, teniendo un impacto en el entorno. Entorno donde habitan también otras comunidades no humanas que se verán directamente afectadas, sino controlamos los sobre consumos.

Que aprendamos y expliquemos, que la naturaleza, tiene una red comunicante, que cualquier descontrol o deterioro ambiental hecho por nosotros en cualquier parte del planeta, océanos o continentes repercute, desde el Polo Norte hasta la Patagonia. Que el cambio climático, el recalentamiento global, la disminución de la capa de ozono, la contaminacion ambiental, ya dejaron de ser palabras o frases lejanas y que cada día se nos acercan o impactan más a nuestra cotidianidad.

¿Cómo activar en las causas ambientalistas?

Una manera de participar, de sentirnos útiles con nuestro esfuerzo, es la de motivarnos y motivar para organizarnos y ayudar a conformar voluntariados o grupos ambientalistas, brigadas ambientalistas escolares, liceístas, universitarias, comunitarias o ciudadanas y creativamente hacernos sentir. Hacer de cada uno de los problemas ambientales que nos rodean, una reflexion colectiva. Es una forma de empezar.

Latinoamérica ambientalista, más allá de las ideologías

Latinoamérica ha sido muy desafortunada copiándose los modelos políticos de Europa. En definitiva, todo lo que nos copiamos nos sale mal, con tendencia a lo pésimo. Fuimos felices, antes de que llegaran los hombres a caballo al continente. De venerar a la naturaleza pasamos hacer monárquicos. Luego republicanos a ratos, capitalistas, nacionalistas, socialcristianos, socialdemócratas, socialistas puros, comunistas utópicos o clásicos, imperialistas, anti imperialistas o pro de alguien, de alguna cosa teníamos que ser, en fin, nos cuesta mucho ser nosotros mismos.

Y no conformes con los conocidos fracasos de estos enfoques (ya llevan varios de ellos hasta 100 años de “ensayo”), la creatividad nos dio por resurgir muchas de estas arrugadas ideologías, colocándoles como novedad o elemento “fashion” que ahora son del siglo XXI. Es decir relanzamos “la marca”.

Los mismos europeos concluyen, que el mundo no ha sido mejor en esa supuesta distinción entre derecha-izquierda. El filosofo italiano Norberto Bobbio, ha sido reiterativo al expresar que la vieja izquierda estatal había privilegiado la igualdad (que no consiguió) sobre la libertad (que sí pisoteó). Donde la derecha tradicional ha seguido defendiendo que lo que importa es la libertad (que buscan siempre controlar), pues la igualdad, además de inalcanzable, es indeseable pues cierra el paso a las fuerzas económicas del mercado. Y a su vez, la nueva izquierda ha sostenido la necesidad de combinar libertad con igualdad.

El Sociólogo ingles Anthony Giddens, igual expresa que las ideas de la vieja izquierda son ya obsoletas; y las de la nueva derecha también han fracasado. Aunque sostiene que la división derecha-izquierda es insuficiente porque deja de lado problemas vitales; reconoce que se resiste a desaparecer. No basta apelar a un centro-izquierda para resolver los problemas, pues hay cuestiones que necesitan políticas radicales. Y concluye, que el socialismo estatal como el neoliberalismo globalizador han fracasado. En definitiva, este plato de espagueti ideológico solo lo entienden los europeos.

América, como continente, trae ya en sus genes una cosmovisión ambientalista, que viene de sus ancestros indígenas, y en el siglo XX, las primeras acciones que interpretan con valentía la defensa de la naturaleza, surgen de la zaga del Greenpeace, en Vancouver, al oeste de Canadá. Hippies ecologistas, llamaron la atención del mundo al protestar con independencia, sin compromisos partidistas ni vinculaciones con las ideologías existentes, las pruebas nucleares en el pacifico. Luego la intolerancia y el hostigamiento, de quienes gobernaban ese país para la época, obligo a la mayoría de sus fundadores a refugiarse en Europa. Era demasiado sospechoso, en plena guerra fría, protestar para defender el planeta.

La propuesta ambientalista, no es la tercera vía, ni es el nuevo traje de una izquierda o de una derecha que ven disminuidas sus ofertas electorales. Tampoco, es una secta o alguna nueva religión. Es la única vía, para valorar la vida. Vivimos nuevas realidades que exigen a gritos nuevas estrategias. Es replantearse un cambio en nuestro contrato social sectario por un contrato natural incluyente. Requerimos códigos de ética globales. Cambiar ese conservador “sentido común”, por un sentido ambientalista.

El ser humano, tiene la capacidad de reinventarse así mismo y el Planeta requiere esa metamorfosis. Ser un ambientalista implica respetar la convivencia entre nosotros mismos, en armonía con todas las especies y proteger nuestro único hábitat, la Tierra. Pero igual es una postura comprometida, firme y activista. No actuamos como el avestruz, que ante la incomprensión o el peligro mete su cabeza en un hueco, para eludir la realidad.

Protegernos como especie y a la naturaleza, es el desafío

Por Lenin Cardozo.Ingeniero, ambientalista y escritor venezolano

Por qué se celebra el día De la Tierra

Desde 1970 cada 22 de abril se celebra el día internacional de la tierra; creado con el fin de generar participación y conciencia ambiental entre las personas, así como para apoyar los programas e iniciativas ambientales que se gestan año a año desde entonces

Según la EPA de los Estados Unidos (Agencia de Protección del Ambiente por sus siglas en inglés) uno de los logros más importantes de ese día fue la movilización masiva de personas del común que querían involucrarse y hacer sentir su preocupación por la problemática ambiental existente. El objetivo de toma de conciencia se había logrado.

Un interrogante planteado desde esa década y para el cual en la actualidad no se ha encontrado respuesta contundente es el de ¿Cómo lograr que esa conciencia se convierta en acción?. Una respuesta viable fueron las políticas, convenciones, protocolos, tratados, entre otros acuerdos ambientales creados desde las altas esferas gubernamentales para dar solución a las problemáticas. Estos acuerdos no han tenido el éxito esperado debido a la falta de apoyo y compromiso en la ejecución por parte de los gobiernos y corporaciones.

Durante el primer aniversario del día de la tierra William Ruckelshaus en su discurso llamado “De la conciencia a la acción” vislumbró la posible respuesta a la pregunta en cuestión, proponiendo que “la responsabilidad de cada uno de nosotros tiene que ir más allá de la sensibilización a la acción para que la humanidad vuelva a un equilibrio con la naturaleza”.

Esto nos reafirma el compromiso que debemos adquirir personalmente con las acciones ambientales que se generan a nivel local con el fin de propender por su desarrollo continuo y así poder escalar, logrando un impacto a nivel regional e incluso global.

A partir de nuestras acciones individuales como reciclar, ahorrar energía, disminuir el consumo de papel, ser compradores responsables, participar activamente en campañas ambientales, entre otras, podremos convertir nuestros sentimientos verdes o la moda verde en algo tangible, duplicable y permanente en el tiempo.

Es la conexión con las demás personas y las iniciativas ambientales comunes las que nos permitirán continuar comprometidos con el desarrollo y fortalecimiento de las acciones encaminadas a proteger la canica azul en la cual vivimos.

Fuentes:

EPA. Agencia de Protección del Ambiente

18/4/11

Manglares: un escudo natural contra el cambio climático

Una investigación demostró que los manglares almacenan más carbono que muchos bosques tropicales, pero su destrucción emite enormes cantidades de gases de efecto invernadero
Manglares y corales de la isla Bunaken de Manado | AFP

Los primeros exploradores europeos se sorprendieron al ver "bosques en el mar". De esos árboles, los nativos cosechaban ostras. En pleno siglo XXI los manglares tienen una función vital: son un importante escudo contra el cambio climático.

Estos ecosistemas costeros tienen la capacidad de almacenar más carbono que muchos bosques tropicales. Aún así, están siendo destruidos de las costas rápidamente, emitiendo enormes cantidades de gases de efecto invernadero.

En los últimos 50 años, los manglares del mundo se han reducido a la mitad.
La destrucción de estos bosques tropicales costeros produce cerca del 10% de las emisiones de dióxido de carbono generadas por la deforestación, la segunda mayor fuente de CO2 después de la combustión de combustibles fósiles, asegura un estudio publicado en la revista Nature GeoScience.

Menos árboles no sólo entrañaría una disminución del CO2 absorbido por el aire, sino también la liberación de reservas de carbono que se han ido acumulando en los sedimentos de aguas poco profundas durante milenios.
Estos fueron los resultados de una reciente investigación llevada a cabo por el Centro para la Investigación Forestal Internacional (CIFOR) y el Servicio Forestal de Estados Unidos.
Pero, ¿qué otras ventajas confieren a los humanos estos árboles, de raíces aéreas y retorcidas, que pueblanalrededor de 100 países?
Servicios al ecosistema
Los manglares tienen una cobertura geográfica bastante limitada porque son sistemas que solo ocupan terrenos inundables por el mar.
"De ahí que la faja de mangle es frecuentemente estrecha pues la amplitud de la marea y la pendiente de la costa limita su desarrollo tierra adentro", explica a BBC Mundo Gilberto Cintron, del Servicio de Pesca y Vida Silvestre de E.E.U.U..
Los manglares además poseen una gran capacidad de transformar la energía solar en materia orgánica.

"Por esto son importantes productores de materia orgánica, que en los estuarios y costas adyacentes se transforma en alimento para una red muy compleja de organismos, muchos de los cuales tienen importancia comercial y sustentan importantes pesquerías locales y regionales", agrega el especialista del Servicio de Pesca.

Las aguas salobres de las mareas donde estos árboles crecen son un vivero natural para docenas de especies de peces y camarones, esencial para la pesca comercial en todo el mundo.
Es precisamente este uno de los mayores agentes en la destrucción de los manglares: el desarrollo costero y la acuicultura, en particular para el cultivo del camarón.

"En América Latina la camaronicultura industrial ha sido una de las actividades que más impacto ha generado en la pérdida de los manglares. Es una actividad intensiva que contamina y agota los suelos", explica a BBC Mundo Carlos Salvatierra, Secretario Ejecutivo de Red Manglar Internacional.

Otro importante "servicio ambiental" de los manglares es la protección ante los huracanes y tormentas.
Su relación con el CO2
Daniel Donato, del Departamento de Agricultura del Servicio Forestal en Hilo, Hawaii, EE.UU., junto a un equipo internacional de investigadores, examinó el contenido de carbono en 25 manglares dispersos en toda la región del Indo-Pacífico.

Ellos encontraron que "estos árboles almacenan tanto CO2 como los bosques tropicales en tierra. Pero por debajo de la línea de agua, los manglares son aún más eficaces, ya que acumulan cinco veces más carbono que en la misma superficie", explica el estudio.

"Los manglares se encuentran entre los más bosques ricos en carbono en los trópicos", afirma Donato.

"Nuestros datos muestran que el debate sobre el papel clave de los humedales en el cambio climático podría ser ampliado considerablemente para incluir a los manglares", asegura.
Estos árboles tropicales funcionan de la siguiente manera: para producir materia orgánica usando la fotosíntesis, el manglar absorbe CO2 atmosférico y lo convierte en carbón orgánico.
Buena parte de ese carbón orgánico se acumula al pie de los árboles. Por esa razón se consideran sumideros de carbón pues reducen el CO2 en la atmósfera y lo "secuestran" en depósitos de sedimentos por miles de años.

"Quizá menos conocido aún es que los manglares funcionan como "bombas" que exportan carbón mar afuera hacia aguas profundas, donde también es atrapado por miles de años", agrega el especialista Gilberto Cintron, del Servicio de Pesca y Vida Silvestre de E.E.U.U..
Por eso los investigadores insisten en señalar que la pérdida de estos ecosistemas significa la destrucción de un sistema vital del control atmosférico.

13/4/11

La huella de carbono

En 1961, casi todos los países eran capaces de satisfacer su propia demanda. Para el 2005, muchos tuvieron que recurrir a la importación de productos para cubrir sus necesidades. Hoy en día, se dice que China necesitaría un planeta 1,2 veces más grande que la Tierra para proveer a su población.

La preocupación de la humanidad por la conservación del ambiente, la ha llevado a buscar parámetros que indiquen en qué medida afectamos al planeta con nuestras actividades diarias. Es así como nace el término huella ecológica. De ella, forma parte la “huella de carbono”, indicador reconocido internacionalmente que se traduce en la intención de calcular cuántos gases de efecto invernadero (especialmente CO2) emitimos al caminar, transportarnos o alimentarnos, entre otras acciones.

La huella de carbono se aplica también al ciclo de vida de un producto. Es factible pensar cuánta energía consume una empresa desde la adquisición de las materias primas hasta la gestión de los residuos que genera. A la par esto nos permite como consumidores analizar y decidir qué alimentos comprar teniendo en mente la contaminación generada como resultado de los procesos por los que ha pasado un bien. Esta es una de las premisas de quienes promueven por ejemplo, la reducción del consumo de carne vacuna, ya que los animales en su alimentación ingieren grandes cantidades de pasto y emiten también grandes cantidades de CO2.

Del lado de las organizaciones, considerar esta huella promueve una mejor definición de objetivos, el establecimiento de políticas más efectivas de reducción de emisiones y más iniciativas de ahorro en general, convirtiéndose en entidades socialmente responsables y difusoras de prácticas más sostenibles.

Heidy Ramírez

9/4/11

Día internacional del hambre

El 02.04.2011 se conmemoro el día mundial del hambre, así nos los hacen saber los 1000 millones de habitantes que a lo largo y ancho de los cinco continentes sufren de hambre. Este día en particular, no tienen nada que comer, como tampoco tienen para comer el resto de los otros días del año. No necesitan que la ONU, dicte una resolución para decretarlo. O cumbres mundiales, para dar fe, de su existencia.

Los hambrientos en este mundo, son el gran mercado o más bien el exquisito negocio, de las transnacionales de alimentos, las cadenas de supermercados y de los productores y distribuidores de los productos básicos. Estos comerciantes de la primera necesidad humana, están detrás también de los desabastecimientos y juegan, como al mejor postor, en la subasta alimentaria. No importa, si las demoras, para llegar algún tipo de regateo o mejor acuerdo en la venta, producen más hambrunas, más muertes y desolación.

Un desalmado comercio internacional que hacen de los estados más débiles, como los países del África, parte del Asia y América y el Caribe, victimas angustiosas de este flagelo. Donde solo, entre el 2009 y el 2010, los precios de los alimentos aumentaron en un 80%. Siendo, estos precios altos, el detonante de los principales conflictos en esas naciones. Negocio por demás cautivo, porque se focaliza en los productos de la cesta básica: harina, maíz, soja, arroz, frijoles, fruta, la verdura y leche.

Coincido, lamentablemente, con Jean Ziegler, funcionario de la Agencia de Alimentos de la ONU, cuando explica que “detrás de cada muerte por hambre en el mundo, lo que hay en verdad es un asesinato. Silencioso, pero asesinato al fin”. Estamos hablando de asesinatos en masas, superior a cualquier guerra de la última década. Según, las cifras expuestas en el III Foro Europeo de Desarrollo Rural, mueren diariamente por hambre unas 60.000 personas, de las cuales 10.000 son niños.

Solo hay una vía, para saltarse a estos fariseos del comercio internacional de alimentos, a esa maquiavélica estructura antihumana, se tiene que atacar el problema del hambre a partir del desarrollo de iniciativas que fomenten la seguridad alimentaria en cada comunidad, región o nación. Legislaciones eficaces, utilización racional de los suelos, valoración de la producción local y protección a los agricultores, es el principio.

Impensable, seguir apostando a un comercio internacional de alimentos inestable y lleno de inequidad.


Por Lenin Cardozo Ingeniero, ambientalista y escritor venezolano

3/4/11

Principios de Ecología Política

Las modificaciones del medio causadas por el hombre se han convertido en un tema de discusión política de gran importancia en el mundo. ¿Qué debemos hacer? ¿Hasta donde podemos llegar? ¿Qué es ecología política? La palabra "eco", de uso corriente en Venezuela, es referida a la visión diminutiva y caricaturesca de la ecología por una gran parte de la opinión pública. Se pasa además de lo coherente a la perplejidad cuando a la palabra ecología se le añade el término política. No hay duda de que la ecología política, a los ojos de la opinión pública, no ha adquirido un status de "noción clara y distinguida". ¿Qué podemos decir para entenderla? Aplicada al hombre, la ecología se vuelve el estudio de la relación entre la humanidad y su ambiente, o sea la manera cómo la primera transforma al segundo y éste permite a la primera sobrevivir.

El ambiente de los hombres no es simplemente la naturaleza salvaje, sino que incluye también la naturaleza transformada por su actividad. La ecología política es, entonces, el análisis de la interacción compleja entre el medio ambiente (medio de vida de la humanidad) y el funcionamiento económico, social y político de las comunidades humanas. Tomando en serio los desequilibrios ecológicos generados por la actividad humana, la ecología política es llevada a cuestionar la modernidad y a desarrollar un análisis crítico del funcionamiento de nuestras sociedades industriales. Este análisis pone en causa un conjunto de valores y de conceptos claves sobre los cuales descansa nuestra cultura.

¿Cómo reorientar nuestro desarrollo para hacerlo sustentable? Economizando el factor Tierra, dando prioridad a las tecnologías que economicen energía y sean más respetuosas del medio ambiente. Establecer nuevas regulaciones añadiendo a la protección social la protección del medio ambiente. Las herramientas existen, desde los medios reglamentarios (leyes y normas), medios económicos (eco impuestos, permisos negociables) pasando por los acuerdos de auto limitación y los códigos de buena conducta.

¿Cómo hacer que las fuerzas sociales y políticas tomen en cuenta lo sustentable?
A través de un intenso debate ideológico y cultural dirigido a modificar la percepción de los riesgos y de las ventajas, hacer progresar los valores y las normas de la ecología. Más allá de la política y sus contenidos, es lo político, su campo y sus métodos lo que hay que reconstruir.
¿Qué diferencias existen entre un líder político convencional y un líder ecologista?
El líder ecologista está más comprometido con la persona que con un determinado lineamiento político, es por ello que su compromiso va más allá de la consolidación de la ideología en sí. El líder ecologista intenta comprender el contexto de la necesidad del “mejor vivir”, que la mayoría de las veces son el origen de los problemas sociales de la comunidad. El líder ecologista considera cada contacto con su vecino como la ocasión ideal para aplicar medidas de educación ambiental.

El líder ecologista considera al conjunto de vecinos como una población vital y así se compromete constantemente en mantener la excelencia ambiental en su comunidad. El líder ecologista se considera así mismo como parte de la red comunal. El líder ecologista es un gestor de recursos. El Movimiento Ecológico de Venezuela es una inmensa oferta de contenidos nuevos, o más bien un gran llamado a ocuparse del contenido. Fija objetivos, redefine medios y estrategias, cosas que parecían haber desaparecido de la "política", reducida a la competencia por el poder entre hombres y partidos intercambiables y "alternantes".

2/4/11

....La forma de los océanos debido a su fuerte intensidad

El terremoto de 9 grados en la escala de Richter que sacudió Japón el pasado 11 de marzo habrá modificado la forma de los océanos debido a su fuerte intensidad.


Así lo dijeron expertos en observación de la Tierra reunidos en la Universidad Politécnica de Múnich (sur de Alemania) para presentar los primeros resultados del satélite europeo GOCE (acrónimo en inglés de Explorador de la Circulación Oceánica y de la Gravedad).
Roland Pail, experto de la Universidad Politécnica de Múnich, dio por seguro que el terremoto de Japón ha influido en la forma del geoide, ya que fue "un movimiento masivo".
Pail explicó que por suerte el satélite GOCE pasó por la zona del terremoto un día después de la catástrofe, por lo que los datos y las imágenes recopiladas mostrarán con seguridad una modificación con respecto a la información anterior.

El geoide, que es la forma que tendría un océano imaginario que cubriese todo el planeta sin tener en cuenta corrientes o mareas, es una superficie de referencia fundamental para medir con precisión la circulación oceánica, los cambios del nivel del mar o la dinámica del hielo.
Estos tres fenómenos están afectados por el cambio climático, al que se pueden aplicar los resultados obtenidos por el satélite.

Satélite GOCE

GOCE, que fue lanzado el 17 de marzo de 2009 desde el cosmódromo ruso de Plesetk y es el primero de una serie de satélites de exploración de la Tierra, ha completado su misión de cartografiar el campo gravitatorio del planeta con una precisión sin precedentes.

La nueva generación de receptores del sistema global de navegación por satélite GPS utilizarán los datos de GOCE, así como los nuevos modelos para determinar la altitud, por ejemplo, dijo el director de los programas de observación de la Tierra de la ESA, Volker Liebig.

Además, los resultados de GOCE permitirán entender mejor la importancia climática del océano.
Los científicos han descubierto también con el satélite GOCE que las corrientes del Atlántico Norte tienen una importancia crucial en regular el clima de la Tierra y que las corrientes de la superficie de los océanos pueden dispersar la polución a grandes distancias.

El satélite de la Agencia Espacial Europea (ESA) ha tomado en dos años todas las medidas necesarias para trazar la superficie del geoide de referencia de la Tierra.

El pasado 2 de marzo GOCE completó doce meses de estudio del campo gravitatorio de la Tierra.
La ESA decidió en noviembre del pasado año prolongar la misión hasta finales de 2012 debido a la buen estado de salud del satélite y la calidad de sus datos

Los argumentos del Club de los contaminadores

El Club de los países contaminadores, se defiende tenazmente ante la cada día más creciente posición de los ambientalistas. Los definen como los apocalípticos del nuevo siglo. Para sus políticos, intelectuales, científicos y periodistas, los ambientalistas han estado sistemáticamente equivocados y llevan infructuosamente décadas prediciendo que el mundo se va a quedar sin alimentos, sin tierras cultivables, sin bosques, sin agua potable, etc. Y según ellos (los del Club). Por el contrario, se ha aumentado la oferta de todo eso que los ambientalistas temen que se va a agotar.

Walter Williams de la Universidad George Mason, uno de sus más visibles y reconocido defensor de la “inocencia” de estos países, utiliza como argumentos comparativos, por ejemplo, que en los años 70, Lester Brown de Worldwatch Institute comenzó a predecir que el crecimiento de la población excedería la producción de alimentos. Y en 1968, en su exitoso libro "La bomba de la población", Paul Erlich predijo que el hambre reduciría la población de Estados Unidos a 22 millones para 1999. Sin embargo, según Williams, desde 1961 se ha doblado la población del mundo, pero la producción de alimentos se ha incrementado en mayor proporción, inclusive en muchos países pobres. La Organización Alimentos y Agricultura informa que el consumo de calorías por persona en el Tercer Mundo se ha incrementado 27% desde 1961.

Sobre el tema de qué la lluvia ácida destruye los bosques, Williams argumenta tener pruebas de un supuesto estudio del gobierno de los Estados Unidos efectuado a un costo de 700 millones de dólares, donde concluyeron que "no hay evidencia de una reducción general o anormal en sus bosques en Estados Unidos y en los de Canadá debido a la lluvia ácida".

Igualmente expresa, que a cada momento surgen nuevas predicciones alarmantes de los ambientalistas, tales como que la expansión de las ciudades o la producción de biocombustibles están reduciendo las áreas de cultivo. La cual titula de absoluta exageración, ya que la realidad es que las tierras agrícolas que no están siendo actualmente utilizadas en sólo Estados Unidos y en Argentina podrían alimentar a 1.400 millones de personas.

El profesor Williams también, se ríe de los argumentos de los ambientalistas cuando predicen que la erosión convertirá grandes áreas en desiertos, pero según él, sus técnicos e investigaciones propias demuestran otra realidad: la pérdida de áreas cultivables por erosión se ha reducido en dos tercios desde 1950.

Finalmente agrega que ahora, pretenden los ambientalistas asustarnos con que la utilización de la energía nuclear es peligrosa. La realidad es que generar toda la electricidad que consumimos con plantas nucleares tiene un riesgo casi inexistente, está más en la imaginación de ellos (los ambientalistas) que en otra parte.

Saque usted amigo lector, sus propias conclusiones.


Por Lenin Cardozo. Ingeniero, ambientalista y escritor venezolano

Latinoamérica: Energías de la vida vs energía de la muerte.

La grave contingencia sufrida por Japón, producto del terremoto y después tsunami, que puso fuera de control la central nuclear de Fukushima, ubicada al noreste a 373 kilómetros de Tokio, reavivó la reflexión mundial sobre la seguridad del uso de este tipo de energía. Potencias como EEUU y Francia, han salido a su defensa, fundamentalmente, porque son esos dos países, los casi exclusivos vendedores de estas tecnologías nucleares. Sus principales voceros, han minimizado el accidente de Japón y lo evalúan como un evento aislado, sin mayores percances.

América Latina, tiene una historia relativamente reciente en el uso de esta tecnología. Comercialmente, apenas 6 reactores nucleares funcionan para este fin: dos en Argentina (Atucha I en Buenos Aires y Embalse en Córdoba), dos en Brasil (en Angra dos Reis) y dos en México (Laguna Verde I y II en Veracruz). Siendo Argentina, el país latinoamericano que tiene los reactores más antiguos de la región. Atucha I empezó su producción de electricidad en 1974 y Embalse en 1983, las cuales contribuyen a la generación electrica del país en un de 6%. Igual, desde el 2006, Argentina ejecuta una expansión nuclear con un presupuesto de $3.5bn, que incluye la construcción de un segundo reactor en Atucha, llamado Atucha II. Su expectativa es la de lograr un aumento de su capacidad en un 150%.

También Brasil, se ha planteado una expansión similar, y para ello, planea construir cinco nuevos reactores en los próximos 15 años, donde estiman aumentar la capacidad en más de un 400%, incrementando la contribución nuclear a la matriz eléctrica de un 3% al 10% en el 2025. En México, 5% de la electricidad se genera con la energía nuclear. Desde el 2007, se ha ido elaborando un plan para aumentar la capacidad de Laguna Verde en un 20%. Estiman adquirir ocho nuevos reactores antes del 2025.

Igual, ya conocíamos los anuncios por parte de los gobiernos de Colombia, Cuba, Chile, Ecuador, Perú, Uruguay y Venezuela, sobre el interés de crear programas de energía nuclear. Para estos países, las energías alternativas siguen estando en un segundo plano.

La crisis nuclear de Japón, definitivamente impactó la opinión en la subregión. Y la instalación de plantas nucleares para la producción de electricidad en Latinoamérica, ya no luce como una idea de vanguardia, desarrollista o estratégica. Perdió su “ángel”, ese “boom” que supuestamente connotaba una gran idea. Los señalamientos de los ambientalistas no se hicieron esperar. Se maximizaron las alertas antes las pretensiones iniciales de desarrollar o continuar desarrollando este tipo de energía.

Pedimos desde este espacio, que los gobiernos pro-energía nuclear abran el debate, que con transparencia y sin intereses soterrados, se digan las verdades, lo bueno y lo malo de las energías alternativas vs la energía nuclear. De nuestra parte (los ambientalistas), la voluntad es unánime para defender las energías de la vida ante la energía de la muerte.

Por Lenin Cardozo. Ingeniero, ambientalista y escritor venezolano.