2/5/10

Política y ecología

Por Julio César Pineda
Mientras que en la isla de Bali, Indonesia, se celebraba la Conferencia Mundial sobre el Cambio Climático, con el compromiso general de los gobiernos para la segunda etapa del Protocolo de Kyoto, la única herramienta contra el cambio climático, en la casi totalidad de los países del mundo, la sociedad civil politiza el tema del ambiente. Desde 1972 cuando por iniciativa de la ONU se celebró en Estocolmo la Conferencia Internacional sobre el Hombre y su Medio Ambiente, se perfiló lo que debía ser el eco-desarrollo fundamentado sobre la utilización racional de los recursos humanos y naturales a escala local, nacional y mundial. Más allá de las decisiones de los gobiernos, los representantes de muchas ONG’s, en su mayoría jóvenes, afirmaron su voluntad de trabajar bajo el slogan de que se tiene una sola tierra y así nació la ecología política. En Estocolmo la conciencia planetaria tuvo dos direcciones: la de los científicos y los expertos y la de los ciudadanos para participar frente al peligro de un desarrollo destructor de las plantas, los animales y el hombre. Este nuevo movimiento social cuestionó radicalmente el modelo económico y social de la industrialización y comenzó el camino político en muchos países con la constitución de partidos verdes o ecologistas entre ellos los Grünen de Alemania y los Verts en Francia.
La inclusión del medio ambiente entró igualmente en la agenda política de los movimientos sociales con posicionamiento en los electorados locales y nacionales. Todos parten del concepto de repensar la civilización y reorientar el desarrollo especialmente cuando vivimos la época de los más grandes logros científicos pero también de la mayor desestabilización de las condiciones de la vida y el despilfarro de los recursos comunes del planeta.
La ecología ha llegado a ser política con pensamiento y programas nuevos dentro de un contrato social en permanente alianza con la naturaleza. En el ámbito latinoamericano la preocupación por el medio ambiente, no sólo tiene que ver por la protección sino también que al ser una región con grandes necesidades económicas y sociales que requiere de un modelo de desarrollo que permite el crecimiento económico, por eso, se inscribe en un concepto más amplio denominado desarrollo sostenible.
En el 2007, en Caracas, se realizó la primera conferencia de partidos verdes y movimientos ecológicos de América Latina, correspondió ser anfitrión de este evento al recién creado Movimiento Ecológico de Venezuela, Movev. Ahí pudimos intercambiar puntos de vista con los representantes de la Internacional Verde Europea, ellos forman grupos especiales en el Parlamento Europeo y muchos participan en diferentes gobiernos y municipalidades. Igualmente pudimos conocer los logros de importantes partidos ambientalistas latinoamericanos como el de México que recogió en la última elección el apoyo del 6% del electorado, el de Argentina, cuyo ministro del Ambiente estuvo presente y las expresiones de los partidos verdes del Brasil, Perú, Chile, Estados Unidos, Canadá, Bolivia, República Dominicana además de Colombia con sus dos expresiones el Partido Verde Oxígeno que liderizó Ingrid Betancourt, del cual fue su candidata presidencial y el Partido Verde Opción Centro que obtuvo dos gobernadores, veintiún alcaldes y trescientos veintiséis concejales en los últimos comicios colombianos.
En el 2008, en Valencia se celebró la primera reunión nacional del Movimiento Ecológico de Venezuela (Movev) con participación de 15 estados del país, la mayor parte ya está registrada ante el CNE y en proceso de conformación en el resto. Además del compromiso en el trabajo por un mejor medio ambiente en Venezuela, se pretende participar en los procesos electorales municipales y regionales con candidaturas propias y con alianzas dentro de las coordenadas de la Federación de Partidos Verdes de las Américas que le dio el mandato de miembro oficial con la condición de participar en las alternativas electorales.
Los ecologistas venezolanos participaron el pasado mes de mayo de 2008 en Brasil, del primero al cuatro en Sao Paulo, en la reunión de la Global Verde con la participación de todos los partidos y movimientos verdes del mundo, donde el tema central fue el cambio climático y el desafío contra el efecto invernadero de la secuencia del Protocolo de Kyoto que finaliza en el 2012.
La entrega del premio Nóbel a Al Gore y Rajendra Pachauri, constituye un alerta más sobre la catástrofe del calentamiento global de la atmósfera y como lo señaló el ex vicepresidente es una amenaza a la supervivencia de nuestra civilización, un paso más en la conciencia política de la ecología y del desarrollo.

Principios de Ecología Política

Las modificaciones del medio causadas por el hombre se han convertido en un tema de discusión política de gran importancia en el mundo. ¿Qué debemos hacer? ¿Hasta donde podemos llegar? ¿Qué es ecología política? La palabra "eco", de uso corriente en Venezuela, es referida a la visión diminutiva y caricaturesca de la ecología por una gran parte de la opinión pública. Se pasa además de lo coherente a la perplejidad cuando a la palabra ecología se le añade el término política. No hay duda de que la ecología política, a los ojos de la opinión pública, no ha adquirido un status de "noción clara y distinguida". ¿Qué podemos decir para entenderla? Aplicada al hombre, la ecología se vuelve el estudio de la relación entre la humanidad y su ambiente, o sea la manera cómo la primera transforma al segundo y éste permite a la primera sobrevivir. El ambiente de los hombres no es simplemente la naturaleza salvaje, sino que incluye también la naturaleza transformada por su actividad. La ecología política es, entonces, el análisis de la interacción compleja entre el medio ambiente (medio de vida de la humanidad) y el funcionamiento económico, social y político de las comunidades humanas. Tomando en serio los desequilibrios ecológicos generados por la actividad humana, la ecología política es llevada a cuestionar la modernidad y a desarrollar un análisis crítico del funcionamiento de nuestras sociedades industriales. Este análisis pone en causa un conjunto de valores y de conceptos claves sobre los cuales descansa nuestra cultura.
¿Cómo reorientar nuestro desarrollo para hacerlo sustentable? Economizando el factor Tierra, dando prioridad a las tecnologías que economicen energía y sean más respetuosas del medio ambiente. Establecer nuevas regulaciones añadiendo a la protección social la protección del medio ambiente. Las herramientas existen, desde los medios reglamentarios (leyes y normas), medios económicos (eco impuestos, permisos negociables) pasando por los acuerdos de auto limitación y los códigos de buena conducta.
¿Cómo hacer que las fuerzas sociales y políticas tomen en cuenta lo sustentable?
A través de un intenso debate ideológico y cultural dirigido a modificar la percepción de los riesgos y de las ventajas, hacer progresar los valores y las normas de la ecología. Más allá de la política y sus contenidos, es lo político, su campo y sus métodos lo que hay que reconstruir.
¿Qué diferencias existen entre un líder político convencional y un líder ecologista?
El líder ecologista está más comprometido con la persona que con un determinado lineamiento político, es por ello que su compromiso va más allá de la consolidación de la ideología en sí. El líder ecologista intenta comprender el contexto de la necesidad del “mejor vivir”, que la mayoría de las veces son el origen de los problemas sociales de la comunidad. El líder ecologista considera cada contacto con su vecino como la ocasión ideal para aplicar medidas de educación ambiental. El líder ecologista considera al conjunto de vecinos como una población vital y así se compromete constantemente en mantener la excelencia ambiental en su comunidad. El líder ecologista se considera así mismo como parte de la red comunal. El líder ecologista es un gestor de recursos. El Movimiento Ecológico de Venezuela es una inmensa oferta de contenidos nuevos, o más bien un gran llamado a ocuparse del contenido. Fija objetivos, redefine medios y estrategias, cosas que parecían haber desaparecido de la "política", reducida a la competencia por el poder entre hombres y partidos intercambiables y "alternantes".